Punto de partida

Chilena desarrolló el primer probiótico de origen humano en base a leche materna

Hace 13 años, una experiencia personal y las ganas de “envejecer” de manera activa y rentable, empujó a Loreto Ormeño (58) a emprender en el mundo de los probióticos. Junto a la Universidad de Concepción desarrolló el primer probiótico de origen humano, en base a leche materna.

Por: Isabel Ovalle | Publicado: Domingo 29 de noviembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Jamás sospechó que un helado de pistacho cambiaría su vida. A los 45 años, Loreto Ormeño (58), oriunda de San Pedro de La Paz, Concepción, quiso emprender. Llevaba 23 años trabajando como gerenta de Logística en Petroquim, una empresa productora de polipropileno. Anterior a eso dedicó un par de años a ejercer su profesión de profesora de inglés en un centro de formación técnica.

Corría el año 2008, sus 3 hijos eran universitarios y su marido tenía un trabajo estable por décadas. “Hice una reflexión sobre mi futuro y concluí que mi vejez iba a ser entretenida, rentable económicamente y con impacto social”, cuenta.

Entonces, su abuelo sufría las consecuencias de las quimioterapias producto de un cáncer estomacal. “Veía las dificultades que tenía para comer, para ir al baño, cómo se le partía la boca y me propuse encontrar una solución que lo ayudara a tener una mejor calidad de vida”, relata.

Se llamaba Federico, era amante del helado de pistacho, y sin querer le dio la primera pista de hacia dónde podría incursionar. Sin tener noción alguna de la temática, se le ocurrió introducir probióticos -que como principal función eliminan los microorganismos nocivos; ayudan a la digestión; colaboran en la formación de vitaminas y estimulan la formación de ácido láctico disminuyendo el pH del tubo digestivo- al postre favorito de su abuelo.

El helado es fácil de digerir, refresca la boca y permite fácilmente agregar el probiótico”. Así empezó un camino sin retorno en la industria, que hoy la tienen como la chilena más reconocida en esta materia y adportas de abrirse paso en el mercado asiático.

Primer probiótico de origen humano

Desde su casa a orillas una pequeña laguna, en San Pedro de la Paz, Loreto disfruta de su vida en familia y le fascina cocinarles a sus 6 nietos. “Me da risa sentirme emprendedora con 58 años, pero eso me ha rejuvenecido un montón”, confiesa a través de la cámara.

Para profesionalizar su emprendimiento, que llamó Wellness Technologies, en agosto de 2008 contrató a la Universidad de Concepción (UDEC) para que investigara a través de una cepa probiótica aislada -extraídas principalmente de animales y plantas- y evaluara el comportamiento al incorporarlos en un alimento. Coincidentemente, antes de realizar las pruebas, conoció a Solange Jara quien estaba investigando la posibilidad de aislar una cepa pero de origen humano -algo inédito en la industria- a partir de la leche materna para combatir virus respiratorios.

Juntas decidieron reclutar a 50 madres lactantes de un consultorio de Concepción dispuestas a donar muestras de su leche. La UDEC las procesó y obtuvo 80 cepas diferente de las cuales sólo una pasó un test que certificaba que era resistente a los jugos gástricos y sales biliares del estómago humano.

Inoculó este material humano a sus helados y comprobó que éstos no perdieron consistencia ni sabor además de resistir el frío.

En 2009 contrató nuevamente a la UDEC para realizar 2 ensayos clínicos con pacientes enfermos de cáncer. Cinco pacientes voluntarios enfermos y cinco personas del Sanatorio Alemán de Concepción recibieron el producto de manera randomizada: a la mitad se le dio un placebo y a la otra el producto por testear.

Se midió las reacciones a los probióticos integrados en sus dietas y a los cuatro meses los resultados fueron un éxito. Se evidenció ausencia de diarreas, disminución del sabor metálico en la boca, no se percibieron erosiones en la cavidad bucal, aumento de entre 3 a 5 kilos promedio al mes por paciente y se estableció como alimento único para los enfermos en etapa terminal de dicho hospital. De inmediato patentó la idea, porque no existía en el mercado internacional -el cual cuenta con un portafolio reducido de apenas 14 cepas- un probiótico de origen humano y chileno.

A nivel internacional no existían en base a leche materna porque se creía que traían consigo una bacteria que fermentaba y que impedía el rol curativo. Así, la cepa LP01 -nombre con el que bautizó su primer descubrimiento- se convirtió en la única autóctona de una madre chilena sana que está en el mercado.

De helado a cápsula

Diez años tomó la validación, proceso de patentes y posterior comercialización del producto. En esto fue clave el trabajo conjunto con Biopolis, un laboratorio español experto en la elaboración de probióticos con los que, a través de una alianza estratégica confeccionan el producto en forma de polvo. Fueron ellos los que les recomendaron que la mejor manera de comercializar estos productos era a través de cápsulas porque evitaba tener que pasar por una cadena de frío, se podía disolver en yogures, helados y comidas.

Loreto tomó el consejo y a través del laboratorio internacional Pharmacorp con sede en Chile hoy se encapsulan y enfrascan los productos. Recién el 18 de diciembre de 2017 se empezaron a comercializar 3 productos: Lacte5 gastrointestinal, Lacte5 Gastroslim, para pacientes con sobrepeso, obesidad o resistencia a la insulina, y Lacte5 Gatrosenior, para el adulto mayor. Se encuentran en cadenas de farmacias independientes, marketplaces especializados y a través de la página web de la compañía en formato de frascos de 30 y 60 cápsulas.

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“Dado a que no es un fármaco si no que un suplemento alimenticio, no entra en la ley de fármacos por lo que no puedes acreditar ninguna condición terapéutica ni tampoco puedes publicitarla para un nicho específico como los enfermos de cáncer”, argumenta. Esto significa que no se puede poner más que el nombre en la etiqueta, pero para eso activaron un plan de marketing que explica los beneficios de sus productos. “Nuestra fortaleza es que se toma una cepa autóctona de una universidad de región, se coloca en el mercado de standard mundial cumpliendo los requisitos de EFSA (European Food Safety Authority ) y la OMS, lo que no es menor”, asegura.

El año del lanzamiento facturó $3,7 millones y en 2020 ya superó los $120 millones.

Cambridge entra en escena

Hace algunas semanas, Wellness Tecnologies firmó una nueva licencia con la UDEC, que amplía los usos de la cepa, permitiendo su aplicación a variados preparados para salud humana y animal, además de acordar su uso exclusivo. Las licencias previas, firmadas en 2015 y 2017, autorizaban la utilización de la patente registrada en Chile, la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos en productos para la estimulación del sistema inmunológico, así como el uso de la cepa en productos para salud íntima para la mujer y gastrointestinal. Gracias a este nuevo acuerdo, Loreto proyecta el crecimiento de la empresa tanto en Chile como en el extranjero. “Esperamos que en los próximos 5 años, ampliemos el portafolio de productos con formulaciones en distintos nichos, a razón de dos productos por año y generar nuevas cepas para otras aplicaciones, como la salud mental, alergias alimentarias y recuperación de deportistas de alto rendimiento”, adelanta. Este 2020, y a pesar de las dificultades impuestas por la pandemia, Wellness espera poder presentar al cuarto miembro de la familia: una formulación especialmente diseñada para los niños.

Durante el proceso de transferencia de la tecnología, contactó a un consultor canadiense, quien la acercó a los directivos de la International Probiotics Association (IPA). En octubre de 2019 Loreto viajó para presentar Lacte5 en la feria Supply Side West en Las Vegas EE. UU., de la mano de ProChile, y recibió la invitación para incorporarse a la asociación. “Esto nos permitió tomar contacto con industrias que están en el rubro, lo que nos facilita ampliar nuestra cartera de proveedores y al mismo tiempo reproducir la cepa en otros países, accediendo a otros mercados”, comenta.

En paralelo, la compañía penquista fue seleccionada por Oxbridge Capital Partners (OCP), el primer fondo de inversionistas individuales de la red ejecutiva de Oxford y Cambridge y family offices de Reino Unido. “Se trata de un plan de 90 días, con el propósito de ayudar a la internacionalización de la empresa. Nos contactamos gracias a la red de Incuba UdeC, durante un evento con otros venture capitals”, indica Guillermo Ramírez, embajador de OCP en Chile.

“Estamos conversando con expertos, para ir definiendo hitos y estrategias comerciales, modelos de negocios y generar alianzas que les permitan ir creciendo”, agrega Ramírez. De hecho, hace un par de días el director estratégico de negocios del laboratorio alemán Lallemand, Sylvie Morin, la contactó para un licenciamiento y posterior venta de los productos en el mercado asiático.

 

 

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